Una gran parte del territorio ha sido reclamada por sus naciones vecinas, Venezuela y Surinam, sin embargo, esto no hizo efecto en que la República Cooperativa de Guyana se consolidara como un destino turístico interesante para residentes y extranjeros.
Por ejemplo, los oriundos de República Dominicana no necesitan una visa para emprender en un viaje hacia Guyana y, disfrutar de la intensa vida nocturna, buenos sitios para comer, espacios únicos de flora y fauna, que caracterizan a este país.
Las cataratas de Kaieteur

Situarse en el saliente de uno de los mayores saltos de agua y ver caer 100,000 litros sobre un desnivel de 250 m en medio de una antigua y brumosa selva sin turistas constituye una experiencia única. Estas cataratas son cinco veces más altas que las del Niagar, pero, mucho menos conocidas.
Shell Beach

El viaje hasta esta playa, que se extiende unos 140 km por la costa norte hasta la frontera venezolana, exige atravesar en barco ríos repletos de aves, manglares y sabanas. Es zona de anidamiento de cuatro de las ocho especies de tortuga marinas autóctonas y una de las regiones menos urbanizadas de todo el litoral sudamericano, solo con cabañas de pesca temporales y pequeños asentamientos.
Sabana de Rupununi

Estas llanuras de aire africano, salpicadas de aldeas amerindias, pequeñas islas de selva, y una excepcional diversidad de fauna y flora permiten navegar junto a caimanes negros y nutrias de río gigantescas. Ríos con los mayores nenúfares del mundo se abren camino entre llanuras de hierba dorada y termiteros, mientras surca el cielo una alucinante selección de aves.